¿Cuál es la vida útil de una piscina?

Evitar calentarse la cabeza para obtener un espacio refrescante dentro de la casa es simple si se conocen las principales características de las piscinas de hormigón y fibra de vidrio.

Para comenzar es importante señalar que ambos tipos de piscina pueden durar entre 20 y 40 años si que son instaladas de manera adecuada. ¿Qué es lo que se debe tener en cuenta?

En primer lugar es importante considerar el tipo de terreno en que será instalada la piscina. Los suelos inestables pueden causar que las fabricadas en fibra de vidrio se doblen y se dañen. En estos casos, se debe poner una estructura contenedora que proteja la estructura de fibra de vidrio. En cambio, las de hormigón resisten mejor la presión del suelo y pueden adaptarse al terreno incluso si este es irregular.

Otro elemento a tener en cuenta son las vibraciones y movimientos sísmicos que puedan producirse en el lugar donde se instale la piscina. En estos casos, las de fibra de vidrio podrían constituir la mejor opción debido a la flexibilidad del material, considerando que los mismos movimientos podrían agrietar una fabricada de hormigón.

Una vez decidido el tipo de piscina a instalar es importante planificar los cuidados y mantenimientos de modo de mantener la piscina impecable por la mayor cantidad de tiempo posible. En este punto es importante recalcar que, si bien los mantenimientos son similares, existen algunas diferencias según el material.

Uno de los mantenimientos importantes es evitar la formación y reproducción de algas. Las piscinas de hormigón se caracterizan por una superficie rugosa que favorece el crecimiento de algas, pues estas se acumulan en sus poros, lo que a la vez dificulta la limpieza de estas. Por el contrario, las piscinas de fibra de vidrio cuentan con una superficie lisa haciendo que esta sea más fácil de limpiar y evita la acumulación tanto de algas como de hongos.

Otro elemento relevante es el mantenimiento de la pintura. En el caso de las de hormigón se recomienda pintarlas una vez cada dos temporadas mientras que en las de fibra de vidrio este procedimiento se lleva a cabo recién después de cinco años.

En ambos casos es importante mantener controlados los niveles de pH, alcalinidad y calcio, pero de acuerdo a los expertos, en el caso de las de fibra de vidrio las condiciones del agua pueden mantenerse con una menor cantidad de productos.

Finalmente, es importante considerar los problemas principales de cada uno de los materiales. En el caso de la fibra de vidrio, la superficie puede presentar fisuras, rajaduras y deformaciones que causan filtraciones y para repararla se debe aplicar resina de fibra y pintura, para luego de 24 horas volver a llenar la piscina.

En las piscinas de hormigón es importante una buena aplicación de impermeabilizante ya que el hormigón deja pasar el agua. Una mala aplicación puede generar fugas y también hacer que las raíces de los árboles busquen agua en la piscina haciendo grietas en sus paredes, lo que tomaría como mínimo 72 horas para su reparación.