Cómo mantener una piscina climatizada

¿Hay algo más relajante que sumergirse en una piscina climatizada? Sí, sumergirse en una piscina climatizada después de un arduo día de trabajo o en un día muy frío. Y es que es indudable el confort y los beneficios que nos proporciona relajarnos en aguas tibias o calientes.

Sin embargo, tener una piscina climatizada requiere un aporte externo de energía, ¿cuál es esta energía que necesita y por qué la necesita? A continuación resolveremos estas dudas.

La tendencia natural del agua siempre será igualar la temperatura ambiente, por eso aunque tengamos el agua muy caliente nunca se mantendrá por sí sola en esa temperatura, requerirá de una energía calórica.

Esta pérdida de calor se puede producir de varias formas. Una es la evaporación, es decir, cuando el agua pasa del estado líquido al gaseoso debido a la temperatura del agua, la presión parcial de saturación del agua y las condiciones termo-hidrométricas.

El calor también se pierde debido a la convección que se produce por el constante movimiento del aire que hace que la transferencia de calor aumente.

Otra forma de perder energía calórica es mediante la conducción, que se refiere a la tendencia del agua de igual la temperatura de los sólidos que la rodean, es decir, las paredes y el piso de la piscina.

Por último están las ondas de radiación que también hacen que la temperatura de la piscina varíe. Por ejemplo, durante el día, la piscina ganará temperatura por medio de la radiación solar, mientras que en la noche será la piscina la que radie energía haciéndola perder calor.

¿Cómo se tempera una piscina?

Existen diversas formas de proporcionar calor al agua de tu piscina una de ellas es la combustión, es decir, a través de una caldera se sube y se mantiene el calor del agua. Ésta puede ser de gas, gasóleo y de biomasa.

También están los intercambiadores de calor que pueden ser de placa o tubulares que producen un intercambio de calor permitiendo que la piscina se climatice. Una de las diferencias entre ambos tipos es que los intercambiadores de calor tubulares pueden albergar mayor caudal de fluido, mientras que los de placas tienen un mayor rendimiento térmico.

Otra buena opción es utilizar la energía solar a través de paneles solares térmicos que captan la energía calorífica y calientan el agua de la piscina. Estos pueden ser colectores de polipropileno, que tienen un bajo rendimiento cuando las temperaturas del aire son bajas; también pueden ser de acristalados, con un rendimiento superior; o de tubos de vacío, con los cuales se obtiene un mayor rendimiento pues las pérdidas de calor son muy bajas.

También se puede climatizar el agua de nuestra piscina con una bomba de calor. Entre ellas, las que más aceptación tienen en el mercado son las que trabajan con el aire del ambiente, pues significa un ahorro de energía que alcanza el 80 por ciento. Es por eso que la Unión Europea la considera energía renovable, siempre y cuando cumpla con los estándares exigidos.

¿Ya decidiste cuál método escoger? Si tienes dudas puedes contactar a una de nuestras empresas expertas en instalaciones, mantención y todo tipo de elementos que necesiten agregarle a tu piscina.